Aprieto todo lo que puedo,
pero tú no dices na.
Intento ser más o menos,
un trocito muy pequeño de este sueño.
No quiero hablar de mí,
tan solo veros pasar de mí,
y a quién le importa si yo soy un mandao
de este corazón.
El que a veces pregunta la forma de cómo meter
un duende…